LEYENDAS Y MITOS DEL ECUADOR

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miércoles, 4 de septiembre de 2013


LEYENDAS PROVINCIA DE MANABI (CANTON SANTA ANA)
v  EL DUENDE ENAMORADO
Permítame contarles este cuento de la parroquia Ayacucho, porque no me sorprende que por esos lugares también se hable de los duendes .Ya han pasado muchos años desde que vivimos esta experiencia, se acuerda doña Amadita Basurto, a pesar de los años transcurridos y la edad de ella, con lujos de detalles me narra lo acontecido. Su papá tenía una hermana, Zoraida se llamaba, joven de apenas trece años. En esos tiempos a nosotras las mujeres nos ponían tareas para tenernos ocupados y no pensar mal, decía mi mamá. Entonces en casa todas las mujeres nos ocupábamos de tejer sombreros. La preparación de la materia prima hasta la elaboración del sombrero corría por nuestra cuenta y con esto ayudábamos al presupuesto del hogar. No había televisor, ni radio que escuchar, es por eso que las mujeres de esa época gran parte del tiempo estábamos tejiendo. Contaba mi papá que un día Zoraida le dijo a su mamá que un niño le estaba dando besos volados, las mujeres presentes solo se reían; ellas pensaban que como Zoraida estaba creciendo y tenía una bonita estampa no faltaba un muchacho enamorado. Pero no fue así, porque el pequeño travieso solo ella lo veía, así fue que se dieron cuenta que se trataba de un duende enamorado. Zoraida ya pintaba cuerpo de señorita, con sus atributos de mujer de Ayacucho de tez blanca y bonita estampa; ella sabiendo lo que estaba pasando, cuando sentía la presencia del duende se echaba a correr en busca de su mamá.
Es cuando el duende enamorado ve que no es correspondido y comienza el martirio de la familia, pues este ser comenzó a hacerle maldades .Cierto día Zoraida dejó casi listo un sombrero y al otro día lo encontró dañado; no se encontraban las hormas de los sombreros y todos los trabajos terminados y por terminar hechos pedazos, esparcido por toda la sala. Los padres de Zoraida preocupados por buscar una solución al problema y nada funcionaba, todo lo que le aconsejaban que hiciera no daba resultado y las maldades del duende seguían. En esos tiempos se acostumbraba a guardar dinero en el altar, debajo de los Santos se colocaba el dinero y así lo hacia mi papá.  Cual fue la sorpresa que diez sucres que habían guardado desapareció.
 Se indagó entre toda la familia, quien cogió el dinero, entre todos sabían que lo que se colocaba en el altar era sagrado y aun así el dinero desapareció. Como a los siete días para sorpresa del padre de Zoraida, estando conversando toda la familia en la sala, ven como del techo va bajando un papel y le cae en el pie del padre de Zoraida, cuando él se da cuenta era los diez sucres que habían desaparecido; todos comentaban que eso era obra del duende.

 Pero que podrían hacer para que el duende se vaya de la casa y deje en paz a Zoraida, ya en Ayacucho se sabía del duende enamorado y es entonces que llegó la noticia que los duendes son asquerosos que ellos detestan la cochinada y si querían que el duende deje en paz a Zoraida, ella cuando lo vea, tiene que ir al baño o a un sitio donde el duende la vea y cuando esté haciendo sus necesidades biológicas coja con las manos la caca y que haga como que está comiendo sus propias heces, fue así que Zoraida, haciendo caso a sus padres y el cansancio que sentía al percibir en todo momento la presencia del duende en su vida tomó la decisión y puso en marcha el plan, una vez que vio que el duende estaba en la casa se fue a hacer sus necesidades. Contaba ella que cuando el duende enamorado vio lo que estaba ella haciendo, se largó, no sin antes con unas palabras que ella no entendía, pero que si comprendía, el duende se fue insultando entre la maleza del campo.