En una calurosa mañana como a las 9h45 am, emprendimos una pequeña aventura con rumbo a lo desconocido, pero con el objetivo de aprender algo nuevo y sobre todo plasmar un hecho real, procedimos de manera mesurada hacia un espacio muy poco frecuentado dentro del campus de la Universidad Laica "Eloy Alfaro de Manabí" (ULEAM) bajo la tutela del catedrático Javier Cedeño y como principal anfitriones, pues los estudiantes.
Me quedé en lo último por lo que no escuché parte de las cosas de lo que hablaba el Ing. Enrique Bello, pero luego tomé apuntes de puntos claves de lo hablado.
Al inicio fue algo raro e insólito, puesto que exploramos una minúscula parte de un bosque ignorado tanto por universitarios como personas en común, descendimos en breves instantes en su mayor parte y muy rápidamente nos percatamos de que todo ello estaba cubierto por montes.
Además de estar rodeado de insectos, sin embargo, el ambiente se tornaba un tanto curioso, pues despertaba cierto interés y afán en cada uno de nosotros, el día acompañaba en su instancia, ya que era una mañana cálida y soleada.
Fue impresionante escuchar la narración de una historia de aquel lugar y es que el profesor nos relató algo que tendría quizás no mucha credibilidad, pero si generaría dudas, incógnitas y algo de temor en cada uno de nosotros.
Según muchos en ese preciso espacio siempre se aparecía un famoso personaje, al que conocemos como "duende" e inclusive se dice que se estaban realizando respectivas investigaciones y habían creado una nota periodística de ese acontecimiento.
Nos dirigimos un poco más adentro del lugar, ya que como bien dicen "la curiosidad mató al gato", algo incomodos por la presencia de mosquitos, una especie algo rara y a su vez parecida a los grillos por no citar otros muy poco comunes.
Pero bueno el punto es que en ese lapso de tiempo descubrimos un pequeño riachuelo que jamás imaginamos que existía, el cual nos llamó mucho la atención y plasmamos fotografías evidénciales de aquello.
Recopilamos datos ente sí, mientras nuestro guía turístico seguía comentando acerca del tema, el cual señalaba que muchos querían ayudar a crear de esto un bosque botánico, además había letreros que decían que no contaminen la zona.
La verdad fue una experiencia nueva, porque son pocas las veces que nos sacan del aula de clases para realizar un trabajo práctico, y más aún en compañía del catedrático, trabajos de este tipo son los que necesitamos, para otorgar nuestro deseo periodístico.
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